¿QUÉ SON LOS ACTIVOS REALES?

Los activos reales, también conocidos como “real assets” en inglés, son bienes tangibles que tienen un valor intrínseco y pueden generar ingresos o apreciación a lo largo del tiempo. Estos activos suelen tener una presencia física y pueden incluir una variedad de categorías, como:

Bienes Raíces:

Los bienes raíces abarcan una amplia gama de propiedades, desde residenciales hasta comerciales e industriales. Un ejemplo detallado sería la inversión en propiedades comerciales, como un edificio de oficinas en el centro de una ciudad. Un inversor puede adquirir el edificio y obtener ingresos a través del alquiler de espacios de oficina a empresas. Con el tiempo, el valor del edificio puede aumentar debido a la demanda de ubicaciones comerciales en el área, lo que proporciona apreciación de capital.

Además, la inversión en propiedades residenciales para alquiler también puede ser un ejemplo. Un inversor puede comprar apartamentos o casas para alquilar a inquilinos, generando ingresos regulares a través de los alquileres mensuales y potencialmente beneficiándose de la apreciación del valor de la propiedad a medida que la demanda de viviendas en esa área crece.

Infraestructura:

Consideremos la inversión en infraestructura, específicamente en la construcción de un parque eólico. Un inversor puede participar en un proyecto que implica la instalación y operación de aerogeneradores para generar energía renovable. A medida que el parque eólico produce electricidad, los inversores pueden recibir ingresos a través de contratos de suministro de energía a largo plazo. Este tipo de inversión no solo proporciona ingresos regulares, sino que también contribuye al desarrollo sostenible y puede beneficiarse de los incentivos gubernamentales para las energías renovables.

Recursos Naturales:

Imaginemos la inversión en tierras agrícolas. Un inversor adquiere tierras destinadas a la agricultura y las arrienda a agricultores para el cultivo. Además de los ingresos del arrendamiento, el valor de estas tierras puede aumentar a medida que la demanda de alimentos crece y la disponibilidad de tierras fértiles disminuye.

Bienes de Colección:

Un ejemplo detallado de bienes de colección podría ser la inversión en arte. Un inversor adquiere obras de arte de artistas reconocidos o emergentes. Con el tiempo, el valor de estas obras puede aumentar a medida que el artista gana reconocimiento o como resultado de tendencias en el mercado del arte. El inversor puede beneficiarse vendiendo las obras en el momento adecuado.

Bienes Duraderos:

Consideremos la inversión en maquinaria industrial. Un inversor puede adquirir maquinaria utilizada en la fabricación y alquilarla a empresas que la necesitan para sus operaciones. Además de los ingresos del alquiler, el inversor puede beneficiarse de la creciente demanda de servicios de fabricación y producción.

Inversiones en Bienes Tangibles:

Un ejemplo específico podría ser la inversión en oro. Un inversor adquiere lingotes de oro como forma de inversión. A lo largo del tiempo, el valor del oro puede aumentar debido a factores como la incertidumbre económica, la inflación o la demanda global de este metal precioso.

En resumen, los activos reales ofrecen una variedad de oportunidades de inversión, cada una con sus propias características y riesgos. Los inversores pueden diversificar sus carteras y buscar ingresos regulares a través de activos como bienes raíces, infraestructura y recursos naturales, mientras que también deben estar atentos a los posibles desafíos, como la gestión de propiedades, fluctuaciones del mercado y costos de mantenimiento. La investigación y la comprensión cuidadosa de cada tipo de activo son fundamentales antes de embarcarse en inversiones en activos reales.